Durante toda mi vida profesional siempre he animado a las personas a ir a una dietista-nutricionista.
Siempre he pensado en qué es fundamental hacer cambios en la alimentación y, por extensión, el estilo de vida, para cuidar nuestra salud y prevenir enfermedades.
Para hacer estos cambios es necesario tener una compañía, un profesional que sepa del tema y que, además, sea capaz de ayudarte (no vale solo tener las competencias profesionales).
Por ello, hoy he decidido darte razones por las que no ir a la consulta de nutrición.
Razón 1.
Puede ser que el médico, un profesional sanitario, un familiar o un amigo te recomienden visitar a una dietista-nutricionista, desde el punto de la ayuda (no dela crítica, ¿vale?).
Pero no sientes que sea necesario, por cualquier razón.
Y sigues en tus trece con tu ego diciéndote que qué nuevo te va a enseñar a ti. De aquí la siguiente razón.
Razón 2.
Si crees que no te puede enseñar nada nuevo una dietista-nutricionista porque lo sabes todo.
Has hecho muchas dietas o has leído mucho de nutrición o puede ser que sigas a un crack de la nutrición en redes sociales.
Lo mejor es que sigas haciendo lo que haces. Y esto va relacionado con la tercera razón.
Razón 3.
No quieres cambiar.
Estás muy a gusto en tu sofá viendo la tele o no, con tus rutinas diarias. Comiendo lo que te apetece, cuando te apetece, dónde y con quién te apetece.
Si quieres cocinas, si no quieres, compras comida para llevar.
Si te encuentras en algún punto de estos, no pasa nada, todo es perfecto. Este es tu proceso, la vida es un proceso.
Si por el contrario esto que te cuento te ha removido, es una señal para empezar a cambiar. ¿Cómo?
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