Nuevo artículo en el blog donde haré un repaso a todo eso que podemos y no podemos hacer las dietistas-nutricionistas en consulta clínica.
De vez en cuando pasa por mi consulta alguna o algún paciente (no voy a decir despistado, más bien desinformado) preguntando sobre las cosas que podemos o no hacer.
Durante mucho tiempo la industria del adelgazamiento se ha dedicado a vender falsas expectativas, falsos métodos diagnósticos y falsos remedios que crean en la población cierta desinformación y mucha intoxicación.
La paciente en cuestión venía con ciertas molestias que a mí me pueden indicar por dónde van los tiros. En algún caso he decidido ponerme a trabajar solo con síntomas, sin diagnóstico médico porque la situación era desesperada y el diagnóstico no llegaba.
Aunque sí habían muchas visitas a urgencias con dolores importantes y con único tratamiento de analgésicos.
Pero lo cierto es que me gusta sobre todo trabajar con un diagnóstico médico. Sin embargo, no siempre llega toda la información que me gustaría a la consulta de nutrición, pues en ocasiones el médico no da suficiente importancia a algunas cosas y el paciente termina haciendo lo mismo.
Bien es cierto que muchas veces no hay diagnóstico, aunque si hay analíticas y se puede tener claro el problema.
Bueno, al lío.
¿Qué cosas sí podemos hacer como DN?
- Valoración del estado dietético-nutricional.
- Prescripción de pautas de alimentación.
- Prescripción de dieta.
- Prescripción de pautas de hábitos relacionadas con la alimentación y la salud en general.
- Tomar la tensión.
- Pesar.
- Tomar medidas antropométricas.
- Realizar seguimientos.
- Enseñar a comprar, leer etiquetas, a gestionar la cocina (sobras, organización, fondos de armario o imprescindibles,…), a cocinar, a masticar adecuadamente.
- Dar recomendaciones básicas de ejercicio físico.
- Guiar hacia el cambio (aunque si hay que profundizar sobre bloqueos eso lo hace la psicóloga).
¿Qué no podemos hacer?
- Diagnosticar una enfermedad (Esto lo tiene que hacer un médico especializado en dicha patología).
- Diagnosticar alergias o intolerancias alimentarias (Esto lo tiene que hacer un médico alergólogo mediante pruebas diagnósticas en sangre, heces o cutáneas. Nada de «te cojo una muestra de saliva» o «te pongo el dedo aquí» o «tu color del iris es tal y tienes tal o cuales alergias»).
- Aplicar mesoterapia (Esto solo lo pueden hacer médicos y enfermeras. Ni farmacéuticas, ni cualquier otro personal sanitario).
- Pautas y rutinas de ejercicio adaptadas a cada paciente. Esto lo ideal es que lo haga una fisioterapeuta junto con licenciada en actividad física y deporte.
- Gestionar emociones (sobre todo ansiedad por la comida). De esto se encarga la psicóloga y, en caso necesario, la psiquiatra para pautar medicación adecuada.
- Hacer los cambios por el paciente. Al final cada paciente tiene que tomar las riendas de su vida y hacer los cambios que necesite para conseguir sus objetivos.
- Anotar los registros del paciente y llevarlos a consulta para valoración por parte de la dietista-nutricionista.
Y por supuesto, tampoco podemos decir cuánto perderán en cuánto momento.
Cada paciente es un mundo y esto no es ni física ni matemáticas. No se trata de un problema que tiene una única solución.
Además, en la pérdida de peso o en el tratamiento de enfermedades intervienen muchos factores (psicosociales, personales, metabólicos, bioquímicos,…).
Igual se me olvida algún punto, aunque seguro que alguna compañera está leyendo y seguro que lo aporta. Si lo haces, gracias de antemano 🙂
Como siempre, si tienes alguna pregunta o quieres saber algo más, no dudes en escribirme 🙂